Al efectuar el análisis de las políticas de organización de productores
que se han aplicado, se percibe que básicamente están referidas a la promoción
preferencial de figuras jurídicas que obedecen a los planes sexenales de los
gobiernos en turno, en un intento de organizar a los productores en esquemas
ideales. Así, en los años 60 se impulsaron las Sociedades Locales de Crédito
Ejidal y las Cooperativas de Servicios; en los 70, se impulsaron las
Asociaciones Agrícolas Locales, las Uniones de Ejidos e iniciaron las
Sociedades de Solidaridad Social; en los 80, se promovió la figura de Cajas Solidarias,
las Sociedades de Solidaridad Social, los Sectores de Producción Ejidal, las Uniones
de Crédito, y las Asociaciones Rurales de interés Colectivo; y en los 90, las Uniones
de Crédito, las Sociedades de Ahorro y Préstamo, las Cooperativas de Producción
y Servicios, y las Sociedades de Producción Rural.
Lo anterior ha dado como resultado una amplia y variada legislación
agraria y de desarrollo rural, referida principalmente a las formas de tenencia
de la tierra ejidal, comunal, privada y pública, de las cuales se derivan
figuras jurídicas asociativas que agrupan a productores de un mismo o diferente
régimen de propiedad, y que han propiciado que en la práctica se encuentren en
el medio rural sobreposiciones de diferentes figuras asociativas.
A continuación se describen las características que presentan las
principales figuras jurídicas existentes en el medio rural, conforme a la
agrupación que se encuentra contenida en el documento Las organizaciones
Económicas del Sector Rural. Principios y Bases Jurídicas.
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